La historia del café vienes se remonta a 1653. En ese año tropas del ejército polaco logran desterrar a los turcos de Viena, los cuales en su retirada dejaron sacos de café desperdigados por la ciudad, un producto desconocido para los vieneses y para toda Europa. Tal era el desconocimiento, que en un principio las tropas pensaron en quemar todos los sacos por considerarlos comida para camellos.
Sin embargo, el rey decide otorgar el café a Jerzy Franciszek Kulczycky, un oficial que hacía de traductor, mensajero imperial y hombre de negocios, que ya había visto a los turcos preparar una bebida con esos granos. Así es que este hombre funda la primera cafetería vienesa “Zur blauen flasche” en donde, para satisfacer los paladares de aquellos que no terminaban de asimilar el sabor del café, agrega azúcar y leche a la bebida dando origen al café vienés. En realidad, abrió la puerta a un universo de versiones donde al café se le agregó leche, crema batida, crema líquida y leche condensada, entre otras.
Hoy te enseñamos a preparar el original café vienés, para disfrutarlo como si estuvieras en la capital austriaca.
Preparamos un expreso doble, suave o fuerte según el gusto, le añadimos una cucharada de azúcar y removemos para que ésta se disuelva. Seguidamente coronamos el café con crema batida y decoramos espolvoreando un poquito de canela sobre la nata. Si no te gusta la canela, puedes espolvorear cacao en polvo o virutas de chocolate. Decora agregando un barquillo y ¡a disfrutar!
Sabores recomendados
Prueba esta receta con nuestros blends ESPRESSO, DECAFFEINATO O VANIGLIA, que gracias a sus notas quedan geniales.